Hay estudios que confirman que se adelgaza mejor en pareja cuando el objetivo es compartido. Aquí te damos la explicación.
Cualquier objetivo ‘sano’ que nos propongamos, como dejar de fumar o hacer ejercicio, tiene muchas más posibilidades de verse coronado por el éxito si lo emprendemos en pareja. En el caso de adelgazar, las probabilidades de conseguirlo pasan a ser más del doble, en comparación con intentarlo de forma individual.
¿Por qué se adelgaza más en pareja?
Un estudio británico ha confirmado algo que muchos ya habían comprobado por sí mismos: es más fácil adelgazar si nos lo proponemos junto a nuestra pareja. Aumentan la voluntad, la motivación y la satisfacción por los logros conseguidos.
El estudio lo realizó un equipo del University College de Londres (Reino Unido), encabezado por Jane Wardle. Contaron con la colaboración de 3.500 parejas de más de 50 años que vivían juntas y se publicó en el Journal of American Medical Association (JAMA). Los voluntarios se sometieron a un amplio cuestionario sobre sus costumbres y a un seguimiento posterior por parte de personal sanitario.
En realidad, el estudio analizaba también otros tipos de objetivos, como dejar de fumar (el porcentaje de éxito pasaba en este caso del 8 individual a un espectacular 48 por ciento en pareja) y hacer deporte (que pasaba del 26 al 70 por ciento).
En el caso de la pérdida de peso en pareja, se pasaba del 15% de éxito en solitario al 36% de éxito por el hecho de adelgazar en pareja.
El estudio partía de un objetivo en el que se trataba de perder al menos un cinco por ciento del peso corporal. Hay que resaltar que el efecto beneficioso de hacerlo en pareja se pierde en gran parte cuando uno de los dos está ya en un peso correcto.
De este estudio podemos sacar enseñanzas prácticas muy útiles en lo relativo a intentar llegar a nuestros objetivos en pareja: si lo hacemos así, tendremos muchas más probabilidades de éxito y, además, el triunfo será doble, por uno mismo y por nuestra pareja. Y, si es posible, no estaría de más incluir en el lote a otros familiares, y en particular a nuestros hijos.
Pero hay que tener en cuenta que el efecto también funciona en sentido contrario, y por ello deberíamos pensar en nuestra pareja, además de en nosotros mismos, cada vez que abrimos una bolsa de patatas mientras vemos la televisión, repetimos de ese plato grasiento que tanto nos gusta o nos regalemos con un apetitoso helado de postre. Es fácil que arrastremos a nuestra pareja, por lo que cada vez que hacemos eso, deberíamos imaginar que ingerimos el doble de calorías que las que se indican en el paquete: unas para nosotros, y otras tantas para él o ella.
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