Cuando seguimos una dieta baja en calorías, puede ser que al finalizar la misma recuperemos los kilos perdidos y el esfuerzo haya sido en balde. Esto es lo que se llama el efecto rebote. Aquí vamos a explicar cómo evitar el efecto rebote.
QUÉ ES EL EFECTO REBOTE DESPUÉS DE UNA DIETA
Al llevar una dieta hipocalórica el metabolismo comienza a ralentizarse y disminuye la cantidad de grasa que quema a lo largo del día. Pero no sólo perdemos grasa, también perdemos masa muscular, sobre todo si no hacemos ejercicio. La pérdida de músculo nos lleva a bajar la energía que necesitamos para conservarlo.
Cuando finalizamos la dieta volvemos a ingerir la misma cantidad de calorías que antes. Y teniendo en cuenta que nuestro metabolismo ahora es más lento, es más fácil que lo que estemos es dotándolo de un superávit de calorías. Por ello pasado el tiempo, recuperamos el peso perdido o incluso lo podemos incrementar.
Además, a medida que vamos haciendo más dietas y ganando el peso perdido, nuestro organismo se va haciendo más resistente a los cambios. Y cada vez más difícil adelgazar.
CÓMO EVITAR EL EFECTO REBOTE
- Perder peso poco a poco. Es recomendable perder entre medio kg y 1 kg a la semana.
- Eliminar el sedentarismo de nuestra vida. No se trata de hacer un trabajo cardiovascular de dos horas diarias. Pero si que podemos caminar durante 1 hora o al menos media. Eso mantiene nuestro organismo activo y quemando grasas.
- No pasar hambre con la dieta. Esto nos puede llevar a un estado de ansiedad hacia esos alimentos no recomendados. Con ello nos saltaremos la dieta y nuestro peso también aumentará.
- No eliminar al completo los hidratos de carbono. Los hidratos son fundamentales para nuestro cuerpo. Se pueden ingerir en menos cantidad, pero no eliminarlos totalmente ya que cuando dejemos la dieta será lo primero de lo que nos alimentemos y esto hará que subamos de peso. Nos referimos a la pasta, el arroz, las patatas, pan y legumbres.
- Elegir una dieta saludable. La mejor la mediterránea, muchas frutas, verduras, pescado, y pocas grasas.
- Comer de forma equilibrada y variada. Si en la dieta hemos comido muchas verduras, frutas y pocas grasas, seguiremos con esta alimentación. Pero podemos incorporar los hidratos aunque intermitentemente.
- No compensar los excesos. Habitualmente, cuando estamos a dieta y un día nos la saltamos, tendemos al día siguiente a tomar sólo fruta, o yogur, o una ensalada mixta. No debemos hacerlo. Es mucho mejor tomar un puré de verduras con una patata, una tortilla con gambas, o una ensalada mixta que contenga atún y palitos de cangrejo.
ALIMENTOS QUE AYUDAN A EVITAR EL EFECTO REBOTE
- Aceite de oliva. No más de 2 cucharadas al día. Es rico en ácidos omega 3 y también antioxidante y antienvejecimiento.
- Yogur desnatado. Contiene menos calorías que el yogur normal. Y en cuanto a calcio y vitamina D contienen lo mismo.
- Té verde. Es laxante, diurético y antioxidante. Y además bloquea la grasa que se almacena en el hígado.
- Espárragos. Contienen mucha fibra, mucho potasio y apenas grasas. Es diurético e ideal para el control de las enfermedades cardiovasculares.
- Naranjas. Es un alimento muy saciante. Disminuye el colesterol y la tensión arterial.
- Pescado azul. Salmón, trucha y atún. Son ricos en ácidos grasos omega 3 y 6 y ayudan a bajar el colesterol.
- Legumbres: Se deben cocinar únicamente con verduras, no con chorizo y morcilla. Contienen muchísima proteína y hierro.
- Una onza de chocolate negro al día. ¡Pero sólo una! Es antioxidante y antienvejecimiento y controla la tensión arterial.
- Un vaso de agua antes de cada comida tiene efecto saciante. El agua es fundamental para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
- Cúrcuma. Nos ayuda a mantener el peso porque tiene un efecto saciante. Además actúa como un bloqueador de la grasa. Es importante que lo incorporemos a nuestra dieta en forma de infusiones o aderezando verduras y carnes, porque sus efectos son acumulativos.
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