Aquí te contamos cómo saber si sufres trastorno por atracón, cuales son sus síntomas y tratamientos más adecuados para combatirlo.
El trastorno por atracón está más extendido de lo que pudiera pensarse, ya que afecta a entre un 2 y un 5% de la población. Se caracteriza por la ingesta periódica (en torno a una o dos veces por semana) y repentina de grandes cantidades de alimento, sin tener hambre, de forma rápida y, en ocasiones, a escondidas. Aunque el que lo sufre muchas veces no lo sabe, se produce como mecanismo de compensación de la ansiedad, el estrés o la angustia. Es decir, que se come como respuesta a una situación emocional, no física.
Dentro de este trastorno alimentario pueden distinguirse tres tipos: la ingesta compulsiva («picoteo» durante todo el día), la ingesta por descontrol (se come mucho más de lo previsto) y la ingesta nocturna que, según diversos especialistas, es la más difícil de tratar, pues el paciente no es plenamente consciente de lo que hace. En todos los casos, un aspecto problemático es el reconocimiento de que se sufre el trastorno, pues es frecuente propasarse alguna vez con la comida sin sufrir por ello de atracón.
Síntomas del trastorno por atracón
Puedes estar sufriendo el trastorno por atracón si reconoces en tu conducta algunos de estos síntomas:
- Ingieres en una sola comida una cantidad de alimentos muy superior a la habitual, y tienes una sensación de falta de control sobre lo que estás comiendo en ese momento.
- Comes mucho y más rápido de los normal.
- A menudo sientes que has comido hasta sentirte tan saciado que la comida te sienta mal, te sientes demasiado ‘lleno’.
- Comes incluso cuando no tienes hambre.
- Comes a escondidas o en soledad para que los demás no vean lo que comes, sientes vergúenza de que te vean comer tanto.
- Cuando comes así te deprimes y te sientes avergonzado.
Diferencias entre la bulimia y el atracón
Si bien ahora tiene la consideración de trastorno alimentario, antes se incluía como un tipo de bulimia nerviosa, de la que se diferencia por no tener comportamientos de compensación, como provocarse vómitos, ayunos periódicos, regímenes radicales, practicar ejercicio de forma excesiva o tomar laxantes o diuréticos. Además, la edad de aparición suele ser algo mayor: de 25 a 35 años, y a veces hasta los 40. Es más frecuente en mujeres que en hombres, y quien lo sufre suele padecer también obesidad.
Por lo que respecta al perfil psicológico de los pacientes típicos de este trastorno, Fernando Fernández Aranda, jefe de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Hospital de Bellvitge y especialista en el tema, indica que suelen ser personas impulsivas, con dificultades para gestionar su estrés, alta preocupación por su aspecto físico y, en ocasiones, con síntomas de depresión y tendencia al aislamiento.
Cómo actuar si sufres trastorno por atracón
Si reconoces algunos síntomas en tu comportamiento, debes acudir al especialista en trastornos alimentarios. No solo se trata de nutricionistas y endocrinos, sino también de psicólogos o psiquiatras, en su caso , ya que las consecuencias de no tratar el trastorno pueden derivar en problemas cada vez más graves. En primer lugar, y como es lógico, el atracón puede desembocar en obesidad, a la que habrá que poner freno cuanto antes. Por otra parte, el trastorno por atracón no reconocido ni controlado por el especialista puede evolucionar hacia la bulimia nerviosa, de más difícil tratamiento.
Es importante tratar esta enfermedad como lo que es, ya que si se aborda como un simple problema de sobrepeso u obesidad y se intenta atajar con dietas y/o ejercicio, no conseguiremos más que agravar el problema.
Según Fernández Aranda, pueden transcurrir varios años hasta que se diagnostica el problema de forma correcta, lo que hace que se sufra más de lo necesario. Por tanto, urge ponerse en manos del especialista, y la buena noticia es que el paciente suele responder bien al tratamiento.
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