Si alguna vez te has preguntado si la obesidad es contagiosa, aquí tienes la respuesta que nos dan las últimas investigaciones, y no te va a gustar.
Richard Flavell es un biólogo que ha realizado a lo largo de su carrera investigaciones punteras en los campos de la genética y, más recientemente, de la obesidad. Trabaja en uno de los laboratorios de investigación biológica más destacados del mundo, el Howard Hugues de la Universidad de Yale, en Connecticut (Estados Unidos).
Su equipo ha demostrado que los roedores pueden contagiarse la obesidad cuando unos comen las heces de otros. En esos excrementos habitan ciertas bacterias que colonizan el intestino del receptor y, con ello, producen en él determinados cambios que le inducen a la obesidad. Y son precisamente estos cambios el objeto de sus investigaciones en los últimos años.
¿Cómo se contagia la obesidad?
Las bacterias que habitan en el intestino de un roedor y pasan a otro producen en este una variedad infecciosa de obesidad, que incluye diabetes y daños hepáticos. Estas son enfermedades que afectan a cerca de un 30% de la población humana de los países desarrollados. La forma en que actúan estas bacterias es uno de los campos de estudio del equipo de Flavell.
Al parecer, se alojan en el revestimiento interno del intestino; pasado un tiempo, lo dañan, lo atraviesan y pasan al torrente sanguíneo. De esta forma consiguen llegar al hígado, donde pueden producir daños severos al generar una respuesta inmunitaria, inflamación del órgano y deterioro del tejido, que almacena grasas. Esto produce obesidad y diabetes, según un mecanismo que están intentando dilucidar.
¿Cómo se contagia la obesidad en el ser humano?
En humanos se estudia si el mecanismo podría ser el mismo (¡¡las bacterias fecales están por todas partes!!) o semejante. Y estudios de población han demostrado que estas transferencias de bacterias fecales se dan también entre nosotros, por lo que podría considerarse que la obesidad es, al menos en parte, contagiosa.
El propósito del equipo de investigación encabezado por Flavell es identificar esas bacterias que se transfieren de unos humanos a otros, estudiar los daños que producen y encontrar la forma de evitarlo. Quizá en el futuro puedan proporcionarnos algo parecido a una vacuna contra la obesidad. En todo caso, el investigador afirma que la están buscando.
Que la obesidad pueda ser contagiosa no significa que el hecho de contraerla y, sobre todo, su evolución, no dependan de otros factores. Por ello, las costumbres relativas a la alimentación y la actividad física son, hoy por hoy, la mejor forma de mantener a raya a esta enfermedad.
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